BIOMASA, nuestra energía.
Hoy en día prácticamente todo el mundo conoce las aplicaciones térmicas que tiene la biomasa. Es un hecho que la biomasa ha formado siempre parte de nuestra historia, ya sea con una cocina económica en casa de la abuela o un fogón en el salón, las famosas glorias o una vieja caldera de fundición.
Hace más de 25 años la tecnología de la biomasa ha dado pasos muy importantes hacia su evolución. En primer lugar consiguiendo homogeneizar el combustible en un formato que se pueda transportar asemejándose lo más posible a un líquido como es el caso del pellet. A día de hoy normalizado, totalmente homogéneo y con certificación propia. Un combustible del presente y con mucho futuro.
La biomasa es un recurso que obtenemos de un residuo como por ejemplo serrín y es una energía totalmente autóctona, renovable y no contaminante que genera riqueza en nuestra tierra, favorece el cuidado de bosques y la prevención de incendios. ¡Independiente! No se ve amenazada por fluctuaciones de precio debidos a mercados internacionales.
Cómoda
Hoy en día es posible realizar una carga desde un camión a más de 25m de distancia, y tener energía almacenada para toda la temporada de calefacción. Los tamaños de calderas domésticas y semi-industriales son cada vez más reducidos y las calderas son cada día más eficientes, algunas incluso con tecnología de condensación muy bajas en emisiones y rendimientos muy altos que al final si lo sumamos a la buena costumbre que estamos siguiendo en el nivel de aislamiento de las viviendas de nueva construcción, y a la instalación de nuevas tecnologías de ventilación como son los recuperadores de calor, necesitamos calderas menos potentes y con una capacidad de almacenamiento menor.
Estas calderas se alimentan de forma totalmente automática e incorporan una potente regulación que puede ser gestionada a distancia, informándonos de posibles errores, falta de combustible o problemas en la instalación.
